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V&V: La Simbiosis de Virginia y Vanessa

Foto del escritor: Nazly Mulford RomanosNazly Mulford Romanos

El próximo 25 de enero se cumplen 139 años del natalicio de Virginia Woolf, una de las escritoras británicas de mayor renombre en la literatura universal.


“Al mirarse una a la otra decían : “Soy yo!”, pero cada una se decía,“què distinta! ”Separadas en dos mitades, pero hechas con el mismo molde, sería, acaso, que cada una plasmaba lo que estaba latente en la otra? “ Virginia Woolf, Flush


Este párrafo escrito por la misma Virginia en su obra Flush, ha sido retomado por distintos autores al referirse a la relación entre las hermanas Stephen. Jane Dunn, la escritora surafricana es entre otros, considerada una de las mejores biógrafas de las hermanas Vanessa y Virginia.

Mi devoción y afecto por la autora de La Habitaciòn propia y la lectura del libro de Dunn “Vanessa Bell /Virginia Woolf Historia deuna conspiración” de ediciones Circe 1996, ha sido una gran motivación para indagar sobre sus historias y existencia.


En “Las Horas” (basada en la novela homónima de Michael Cunnigham) la película dirigida por Stephen Daldry, con guión de David Hare en el episodio dedicado a Virginia vemos como un paso fugaz, algunas imágenes de la visita que Vanessa junto con sus hijos le hace a Virginia en su casa de Sussex.

Pero de hecho, mi interés no es otro, que develar por qué me he atrevido llamar simbiosis a este vínculo afectivo y profundo de estas hermanas y resaltar algunos aspectos de su relación considerada mítica.


Muy a pesar de que la vida de las niñas Stephen estuviera marcada por historias de muertes familiares, como la de su madre Julia Duckworth, quien muere a los 49 años de fiebre reumática, en el momento en que Virginia tiene su primera crisis depresiva a los trece años.

Los padres Leslie y Julia se casan después de haber enviudado cada uno, con sus respectivos hijos. Vanessa es la hija mayor de este matrimonio. (1879) le sigue Thobi (1880) posteriormente Virginia (1882) y Adrián (1883). En cuatro años y medio, Julia estuvo embarazada, haciendo crecer más esta familia. En total, suman ocho hijos.

La infancia jugó un papel preponderante en la relación de las Stephen. Vanessa en su rol de hermana mayor, siempre estuvo presta a responderle a sus hermanos de manera natural, las preguntas que una madre tan ocupada, no podía casi nunca responder. Desde que abrió sus ojos, Virginia vio a “Nessa” como parte de su ser, así la llamó desde entonces y la quiso por siempre. “Dónde me habría encontrado de no haber sido por ti, cuando Hyde Park Gate estaba en su peor momento? 1 diría posteriormente en una de sus cartas en su diario.

Vanessa aceptó las responsabilidades que asumen las hermanas mayores y admiró a su hermana pequeña brillante. Es en “el cuarto de los niños” dónde cada noche, contarse cuentos a manera de ritual, las salva de su vulnerabilidad e indefensión. Quizás desde su temprana edad, ambas adquieren de las adversidades, la fuerza creadora que las llevará por el mundo de las artes, a Vanessa en la pintura y Virginia en la literatura. Vanessa, tres años mayor que Virginia, se identificaba mucho más con la madre, se relata que tenía poca confianza en sí misma y dificultades para expresar sus sentimientos.

Se le considera sensata, reservada e instintiva. Virginia por su parte, era expresiva, elocuente, y analítica; amaba a su padre Leslie Stephen, descrito por Junn como un “ montañero, además de filósofo y periodista dotado de un intelecto vigoroso, sencillo e incorruptible” Es de los Stephen que Virginia hereda el hábito de la escritura y el amor por la literatura.


Es en el seno de esta familia que múltiples desigualdades concebidas como naturales en su época, se asientan: Por ejemplo, el concepto de ambos padres en la incompatibilidad entre intelectualidad y feminidad, lo que llevará posteriormente a Virginia a enriquecer toda su obra y sus aportes al feminismo.


Ambas fueron abusadas sexualmente, por parte de sus hermanastros Gerald y George Duckworth pero es Virginia quien se refiere a ello; en una carta que escribe a su amiga, Ethel Smith a sus cincuenta y nueve años, justo antes de su muerte dice “ Todavía me estremezco de vergüenza al recordar a mi hermanastro…explorando mis partes íntimas” Después de la muerte de la madre, las Stephen en su adolescencia y juventud eran abordadas por sus hermanastros en sus visitas nocturnas en el tiempo del luto que vivió la familia, aunque Vanessa no contara estos episodios como Virginia, si menciona la invasión de su intimidad por parte de George. Este “secreto” del abuso sexual y de poder, sin duda se convierte en un eje determinante de la simbiosis de ellas el resto de sus vidas. Contaban la una con la otra, en este tiempo en el que se sintieron intimidadas e indefensas.

Desde entonces se encontraban unidas frente al mundo que construían y deconstruían.


Posteriormente se han relacionado las sucesivas crisis depresivas de Virginia con estas vivencias.


Como en toda relación de hermanos a pesar de sus diferencias, no pueden evitar compararse y cada una de ellas se ve en desventaja de la otra. Es así como en su diario, la Woolf se refiere a Nessa “ me comparo siempre a Nessa y siempre la encuentro más amplia, la más humana de nosotras dos. Actualmente pienso en ella con una admiración desprovista de envidia; con un regusto de ese viejo sentimiento infantil que nos ligaba, que nos aliaba contra el mundo; y cómo me alegro de sus victorias en el curso de todas nuestras batallas y de verla caminar con tanto desenfado, con tanta modestia, casi anónima, más allá del objetivo, rodeada por sus hijos”

Vanessa y Virginia fueron consideradas la fuerza dinámica y el corazón del grupo de “Bloomsbury” reconocido como centro de la vida intelectual y artística de Inglaterra. Sus vidas siempre se ven entrelazadas, tanto que Clive Bell y Leonard Woolf cuando las conocen, se enamoran de las dos, antes de casarse.


La correspondencia entre las dos, nos deja una de las últimas manifestaciones de afecto que Vanessa de manera epistolar, expresa a Virginia : “Que habría sido de mi durante estos tres últimos años si no te hubiera tenido a ti para mantenerme viva y animosa?” Virginia de su parte, antes de su suicidio escribe dos cartas; una para Leonard y otra a Vanessa : “Si pudiera te diría que habéis significado para mi tu y los niños. Creo que tu lo sabes”.


Fueron artistas impecables, amantes del trabajo. Virginia con su fascinación por las ideas y Vanessa con su gozo por el mundo visual; sus similitudes y diferencias, su determinación y acompañamiento, hace que todavía se les recuerde con diversos tributos que nos demuestran que una vida construida con un vínculo afectivo fuerte

y el cuidado mutuo pueden crear una simbiosis que hace más dúctil la existencia.


Artículo publicado en EL HERALDO.


Bibliografía


1. Virginia Woolf Vanessa Bell Historia de una conspiración, Jane Dunn Ediciones Circe 1996

2. Dunn, Op cit pag 41

3. Dunn, op cit pág 31

4. Virginia Woolf, El Vicio Absurdo, Viviane Forrester, Ediciones Ultramar, Madrid 1977

5. Dunn op cit pag362 carta de Vanessa a Virginia 1941

6. Dunn, op cit pag362 carta de Virginia a Vanessa 1941

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